Aunque Los Montes Se Derrumben
La mayoría de las personas cree que "tener paz" se limita solamente a la ausencia de guerra o de cualquier clase de violencia, pero realmente la paz va más allá de eso.
Jesús decía:
Les dejo la paz, les doy mi paz; pero no se la doy a ustedes como la da el mundo. No se angustien ni tengan miedo
Jesús sabía muy bien que tendríamos momentos difíciles y que en algún punto necesitaríamos de su ayuda. Lo interesante del texto es que nos dice que la paz que El da no es como nosotros pensamos.
La paz de la que Jesús habla es aquella que te hace sentir calma, bienestar en medio de la peor tormenta que puedas pasar; es la paz que te hace sentir confiado aún cuando todo se esté derrumbado. Esa misma paz que El experimentó en la barca, mientras sus discípulos se asustaban por el viento.
Pero experimentar esa clase de paz requiere un conocimiento pleno del poder de D-s; es decir, no se puede tener paz sin antes tener fe. La plena certeza que Hashem tiene el control de nuestra vida nos lleva a sentirnos confiados y esa confianza nos llena de paz. De hecho, la paz misma, en medio de la prueba es un indicio de la presencia de D-s contigo.
La fuente de paz
Uno de los nombres del Eterno es: Yahveh-Shalom; es decir, el Señor es paz.
Y es que El Sabe que en esos momentos es necesario tener paz para poder ver con claridad el milagro que va hacer con nosotros. Tener paz también nos fortalece para seguir cumpliendo con su voluntad. El profeta Isaías escribia:
Él cuidará en perfecta paz a todos los que confían en él y cuyos pensamientos buscan a menudo al Señor.
A través del profeta, el Eterno nos da la clave para experimentar esa paz: tener todo nuestro ser enfocado en Su divinidad y actuar conforme el lo estableció en su palabra.
Aún cuando hacer la voluntad de D-s nos lleve a conflictos, El nos respaldará con su paz. Esa es la garantía que tenemos, todas las cosas en El son perfectas.
Sin lugar a dudas estamos viviendo días muy oscuros y turbulentos, pero que bueno que tenemos un D-s que es la fuente de toda paz.
Como lo escribió el dulce cantor de Israel:
Por eso no temeremos aunque el mundo se desintegre y los montes se derrumben y caigan al mar.
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